En el mundo de hoy, contar con una buena defensa marina es muy importante para preservar la integridad de los barcos y mercancía.
Hoy en día ya no se ocupan defensas de madera, se ocupan de caucho por su capacidad de absorción de impacto y energía.
Los puertos no acostumbran a cambiar sus defensas. Las defensas que antes podían recibir barcos de 20,000 Toneladas, hoy ya no pueden recibir los barcos de 33,00 Toneladas y esto ha causado algunas situaciones de riesgos y accidentes.
Importancia de tener una buena defensa marina
La defensa marina es crucial para proteger las embarcaciones, muelles y estructuras costeras de daños causados por colisiones o fricción con otros objetos. Estas defensas no solo protegen las inversiones en infraestructura marítima, sino que también aseguran la seguridad de las embarcaciones y tripulaciones. Sin una defensa adecuada, los barcos están expuestos a riesgos como daños estructurales, costos de reparación elevados y posibles accidentes.
Aspectos a considerar al escoger una defensa marina
Tipo de defensa: Existen varios tipos de defensas marinas, incluyendo defensas de neumáticos, defensas celulares y defensas tipo búmeran. Es importante elegir el tipo adecuado según las condiciones locales y el tipo de embarcaciones que frecuentan la zona.
Tamaño y resistencia: La defensa debe ser lo suficientemente grande y resistente para absorber el impacto de las embarcaciones sin sufrir daños. El tamaño y la resistencia dependen del tamaño y peso de las embarcaciones que se espera proteger.
Material y durabilidad: Las defensas marinas están expuestas a condiciones ambientales extremas. Es esencial elegir materiales duraderos que puedan resistir la corrosión, los rayos UV y el desgaste por el uso constante.
Facilidad de instalación y mantenimiento: La defensa seleccionada debe ser fácil de instalar y mantener. Considera la disponibilidad de mano de obra local calificada y los costos asociados con el mantenimiento regular.
Cuidados necesarios para mantener la defensa marina
Inspecciones regulares: Realiza inspecciones periódicas para identificar signos de desgaste, daños o deterioro. Esto te permitirá tomar medidas preventivas antes de que surjan problemas graves.
Limpieza y mantenimiento: Limpia las defensas regularmente para remover algas, suciedad u otros contaminantes que puedan afectar su rendimiento. Aplica tratamientos específicos para prolongar su vida útil.
Reparaciones oportunas: No ignores los pequeños daños. Reparar cualquier grieta, rasgadura o desgaste tan pronto como sea posible para evitar que se agraven y comprometan la efectividad de la defensa.